El resto de nidos que he descubierto después tampoco tenían un olor especial. El famoso mito del olor proviene de la existencia de una glándula llamada del obispillo. Siendo Obispillo: (= Rabadilla). Zona del cuerpo de un ave comprendida entre la espalda y la cola. Esta glándula es la que causa este olor desagradable con secreciones emitidas como defensa frente a los depredadores.

Durante el invierno recorro el bosque buscando rastros de vida e intentando adivinar donde podría reproducirse en un futuro. Estos indicios se encuentran a través de los restos de comederos y de nidos abandonados de temporadas anteriores. Generalmente, determinadas aves, tienen querencia a volver a criar en los mismos espacios en que lo han hecho en temporadas anteriores.

Ello me ha hecho recordar que durante el pasado invierno he observado una parejita pululando por esta zona de manera habitual. Esto me hace suponer que se trata de la pareja que ya ha iniciado la alimentación de su pollada en primer lugar: no ha tenido que migrar y ha tenido mucho tiempo para elegir ubicación.
La segunda pareja ha tenido que hacer un largo viaje desde África y cuando ha llegado muchos de los agujeros de los árboles ya están ocupados por pito real, picapinos, carboneros, herrerillos, capuchinos, etc.

Como sabéis cada especie está especializada en un tipo de presas determinado. Las abubillas prefieren grandes insectos, lo más grandes posibles. Estos tiempos de clima frio y cambiante les está poniendo en dificultades para obtener sus capturas.
A pesar de ello estoy recogiendo algunas imágenes que os pueden ayudar a comprender, y documentar, su alimentación.
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